lunes, 23 de enero de 2012

Sueños y huidas VI


Él me sonrió, sus ojos brillaban como nunca los había visto, supe que mis palabras le habían hecho feliz, y en mi interior me maldije a mí misma, porque no le había mentido al decirle que le quería, pero no sabía si estaba dispuesta a aceptar lo que aquello suponía.
- Nos están esperando.- le dije acariciándole la mejilla dulcemente.- deberíamos irnos
Él asintió y se levantó sin dejarme ir la mano. Sonreí para mis adentros, pues sabía perfectamente que él también tenía miedo, miedo a que yo me fuera otra vez. Hacia bien de sospechar de mí.
Llegamos al bar de Xavi todavía cogidos de la mano. Entonces recordé a la chica que nos debía estar esperando dentro. Cristina, la novia de Santi. Solté a mi amigo de golpe. Él se quedó mirándome sorprendido
- ¿Qué pasa con Cristina?.- pregunté yo, un tanto enrabiada. Él bajó la vista, se apoyó en la pared y calló lentamente al suelo. Lloraba, sus lágrimas recorrían sus mejillas llenas de pensamientos, recuerdos y problemas. En aquel momento me asusté de verdad.- Santi ¿Qué te pasa?.- le dije arrodillándome delante suyo. Levantó la vista y me sonrió, pero más que una sonrisa fue una mueca de dolor
- No puedo dejarla.- dijo secándose las lagrimas.- Su padre es el dueño de la empresa en la que trabajo de director general, y no he llegado ahí por mis propios meritos.- me quedé callada acariciándole el pelo, intentando tranquilizarlo.- descubrí de donde venia la sorprendente riqueza que habían adquirido en tan poco tiempo, drogas, armas e incluso tráfico de mujeres.- el silencio calló sobre nosotros, aquello que me estaba explicando era horrible.- me compraron dándome el mejor puesto de trabajo que pudiera haber soñado nunca, me dieron un piso enorme en la calle Balmes y me comprometieron con Cristina para tenerme controlado permanentemente.- Sus lágrimas habían desaparecido, pero sus ojos estaban salpicados de miedo y dolor, jamás lo había visto así, debía hacer algo.- no se qué hacer Laura, estoy perdido.
Me levanté y le alargué mi mano sonriéndole, el me miró un tanto extrañado pero me la cogió y se levantó con mi ayuda. Lo arrastré por las oscuras calles del Rabal hasta llegar al puerto de Barcelona. Allí nos sentamos delante de un pequeño velero, que des de que éramos pequeños siempre había estado allí. Muchas tardes nos sentábamos delante suyo, soñando en innumerables aventuras a bordo de aquel pequeño barquito.
- ¿Qué hacemos aquí?.- me preguntó él extrañado
- Santi debes huir.- le dije yo seriamente mirándolo a los ojos, él se sorprendió y abrió la boca para replicar pero lo corté rápidamente.- sé que ellos te pueden encontrar en cualquier sitio, pero debes marcharte y denunciar lo que descubriste a la policía
- No sé si yo podré hacer eso.- dijo fijando la vista en las velas que se movían lentamente.- me costó mucho irme de casa, no sé si soy capaz de dejarlo todo otra vez.- le acaricié la mejilla suavemente y él se giró sonriendo tristemente
- No te voy a dejar solo Santi, me iré contigo, y me quedaré a tu lado para siempre ¿lo entiendes?.- el me besó suavemente, noté el sabor salado de sus lágrimas y pensé para mis adentros si lo que estaba haciendo era correcto, si estaba ayudando a mi amigo o si intentaba llevármelo en mi huida desesperada de la realidad. Seguía huyendo, pero esta vez no lo hacía por mí, sino por él.
FIN

Que pena, ya se acabó, me ha gustado mucho escribir esta historia ^_^ Puedo decir que en algunos aspectos Laura se parece a mi... Espero que os haya gustado leerla tanto como a mi hacerla y que sigais pendientes de mi próxima historia todavía no tengo claro que será xD. 

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