- Así que tienes
novia.- le solté a mi amigo, como quien no quiere la cosa
- Exactamente.-
dijo el desviando la mirada hacia sus converses negras
- ¿Y cómo se
llama?.- pregunté yo, intentando, no sé muy bien si entender como le gustaban
las chicas a Santi, o si simplemente era curiosidad morbosa
- Cristina.-
dijo mi amigo todavía con la vista vagando por toda la estancia.- hace calor
¿verdad?
- ¿Cómo es?.-
ataqué yo, obviando la pregunta absurda que él había hecho
- Oye, ¿es
necesario que me interrogues?.- me preguntó el de sopetón fijando, esta vez sí,
su mirada de ojos grises en la mia. Me sonrojé avergonzada por mi
comportamiento, debía dejarlo en paz, y cargar yo sola con ese extraño
sentimiento que se estaba instalando en mis entrañas
- Hola de nuevo
chicos.- nos saludo Xavi trayendo consigo tres platos de patatas fritas, carne,
bacón y otros sucedáneos llenos de grasa perfectos para mi cuerpo famélico.- oye,
podríamos ir a la playa esta tarde, llamas a Cris y vamos, ¿qué os parece?
- No creo que…-
empezó a decir Santi pero yo lo corté con entusiasmo
- ¡Seria
perfecto!.- Xavi me miró encantado y empezamos
a comer hablando de temas banales mientras mi amigo llamaba a su novia.
La verdad es que
quería conocerla, saber cómo era la chica que había conquistado el corazón de
Santi. En mi interior sabía que no era simple curiosidad, des de que dejamos
nuestra corta relación él no había estado con nadie más, al igual que yo. Eso,
aunque parezca un tanto extraño, me tranquilizaba, pues me proporcionaba la
licencia de decir que Santi era, en parte, mío. Antes he dicho que nunca podría
haberme enamorado de él, mentía, ahora lo he comprendido. Tenía miedo de lo que
implicaba ese sentimiento, de lo que nos cambiaria el uno al otro, porque ser amigos no es lo mismo que estar enamorados, ¿qué pasaba
cuando todo se acaba? Nada volvería
a ser lo mismo, y no quería perder la amistad que nos había unido des de que éramos
unos críos. Recuerdo como des de la primaria jugábamos juntos, nos protegíamos
mutuamente, nos ayudábamos y nos peleábamos, siempre éramos el y yo, nadie
podía entender nuestras bromas, nadie podía reconciliarnos si nos enfadábamos porque
solo nosotros sabíamos que había pasado, nada nos había separado nunca.
Y ahora, ¿Qué
demonios debía hacer? De acuerdo, acababa de aceptar que estaba enamorada de mi
mejor amigo, pero resultaba que este
tenia novia. La sola mención de esa chica me hizo temblar de rabia y
celos. Si, había descubierto que era ese sentimiento que tanto se parecía al
ácido y que recorría mi cuerpo, eran los malditos celos.
- Eh! Laura? Estas ahi?- preguntó Xavi mirandome
atentamente.- Te preguntaba si tenias bikini?
- Si.- dije yo sonriendole amablemente.- no te
preocupes
- Entonces nosotros vamos a cambiarnos.- dijo Santi
levantandose de la silla.- le he dicho a Cristina que venga aquí, no la asutes
mucho, vale?.- Xavi le pegó un puñetazo en el hombro mientras sus carcajadas
resonaban por toda la estancia
No hay comentarios:
Publicar un comentario