lunes, 16 de enero de 2012

Sueños y huidas IV


- Así que tienes novia.- le solté a mi amigo, como quien no quiere la cosa
- Exactamente.- dijo el desviando la mirada hacia sus converses negras
- ¿Y cómo se llama?.- pregunté yo, intentando, no sé muy bien si entender como le gustaban las chicas a Santi, o si simplemente era curiosidad morbosa
- Cristina.- dijo mi amigo todavía con la vista vagando por toda la estancia.- hace calor ¿verdad?
- ¿Cómo es?.- ataqué yo, obviando la pregunta absurda que él había hecho
- Oye, ¿es necesario que me interrogues?.- me preguntó el de sopetón fijando, esta vez sí, su mirada de ojos grises en la mia. Me sonrojé avergonzada por mi comportamiento, debía dejarlo en paz, y cargar yo sola con ese extraño sentimiento que se estaba instalando en mis entrañas
- Hola de nuevo chicos.- nos saludo Xavi trayendo consigo tres platos de patatas fritas, carne, bacón y otros sucedáneos llenos de grasa perfectos para mi cuerpo famélico.- oye, podríamos ir a la playa esta tarde, llamas a Cris y vamos, ¿qué os parece?
- No creo que…- empezó a decir Santi pero yo lo corté con entusiasmo
- ¡Seria perfecto!.- Xavi me miró encantado y  empezamos a comer hablando de temas banales mientras mi amigo llamaba a su novia.
La verdad es que quería conocerla, saber cómo era la chica que había conquistado el corazón de Santi. En mi interior sabía que no era simple curiosidad, des de que dejamos nuestra corta relación él no había estado con nadie más, al igual que yo. Eso, aunque parezca un tanto extraño, me tranquilizaba, pues me proporcionaba la licencia de decir que Santi era, en parte, mío. Antes he dicho que nunca podría haberme enamorado de él, mentía, ahora lo he comprendido. Tenía miedo de lo que implicaba ese sentimiento, de lo que nos cambiaria el uno al otro, porque ser amigos no es lo mismo que estar enamorados, ¿qué pasaba cuando todo se acaba? Nada volvería a ser lo mismo, y no quería perder la amistad que nos había unido des de que éramos unos críos. Recuerdo como des de la primaria jugábamos juntos, nos protegíamos mutuamente, nos ayudábamos y nos peleábamos, siempre éramos el y yo, nadie podía entender nuestras bromas, nadie podía reconciliarnos si nos enfadábamos porque solo nosotros sabíamos que había pasado, nada nos había separado nunca.
Y ahora, ¿Qué demonios debía hacer? De acuerdo, acababa de aceptar que estaba enamorada de mi mejor amigo, pero resultaba que este tenia novia. La sola mención de esa chica me hizo temblar de rabia y celos. Si, había descubierto que era ese sentimiento que tanto se parecía al ácido y que recorría mi cuerpo, eran los malditos celos.
- Eh! Laura? Estas ahi?- preguntó Xavi mirandome atentamente.- Te preguntaba si tenias bikini?
- Si.- dije yo sonriendole amablemente.- no te preocupes
- Entonces nosotros vamos a cambiarnos.- dijo Santi levantandose de la silla.- le he dicho a Cristina que venga aquí, no la asutes mucho, vale?.- Xavi le pegó un puñetazo en el hombro mientras sus carcajadas resonaban por toda la estancia

No hay comentarios:

Publicar un comentario