sábado, 24 de marzo de 2012

Luna V

Parte I: http://dancingallthenight.blogspot.com/2012/02/luna.html
Parte II:http://dancingallthenight.blogspot.com/2012/02/luna-ii.html 

Parte IIIhttp://dancingallthenight.blogspot.com.es/2012/03/luna-iii.html 

Parte IV:http://dancingallthenight.blogspot.com.es/2012/03/luna-iv.html


La noche pasaba rápido, las imágenes se intercalaban unas con las otras, me veía a mí bailando con Luna, abriendo los regalos, partiendo una enorme tarta. Sin embargo, todo se volvió nítido de repente. Estábamos las dos sentadas en su tejado, en aquella azotea en la que habíamos pasado tantas tardes de verano. Yo fumaba poco a poco, después le pasaba a ella el cigarro mientras yo cogía la botella de vodka que estábamos compartiendo.
- Está siendo una gran noche.- dijo Luna dándole una larga calada.- ¿te lo estas pasando bien?- yo asentí sonriéndole. Rebusqué en mi bolso una pequeña bolsita de plástico que contenía dos pastillas una de color verde y otra de color azul.- ¿Qué es esto?
-  Éxtasis.- le contesté sacando las pastillas, Luna me miró con desconfianza.- no temas, no te pasará nada, ya lo he probado otras veces.
- ¿Qué me pasará si me la tomo?- preguntó ella cogiendo la pastilla verde y la botella de vodka que le ofrecía.
- Descubrirás un nuevo mundo.- le dije yo sonriendo traviesa y tomándome mi pastilla.- vamos, tómatela, yo estaré aquí para cuidarte.
- ¿Me lo prometes?- preguntó Luna un tanto asustada
- Te lo prometo.- le respondí con convicción, haciendo que ella se tragase la pastilla.
Las dos empezamos a entrar en un estado de euforia descontrolado, danzábamos por la azotea como si no hubiera mañana, cantábamos canciones sin sentido y seguíamos bebiendo de aquella botella de vodka, que pronto se acabaría. No sentíamos el cansancio, parecía que el mundo podría ser nuestro con tan solo proponérnoslo, corríamos, saltábamos y gritábamos como si no hubiera mañana. Sin embargo, llegó un momento en que Luna se paró mirándome solemnemente.
- Laura, debemos salvar la Tierra.- se puso al borde de la azotea observando la noche.- Luchar o morir en el intento.- Yo me la quedé mirando. Su vestido ondeaba bajo la suave brisa de verano, su cabello rubio se le metía en los ojos, pero ella no se molestaba en apartarlo.- ¿Estas dispuesta a dar tu vida por la supervivencia del mundo?
- Luna, ¿Se puede saber qué demonios estás diciendo?- le pregunté yo, acercándome poco a poco a su lado.- venga, aléjate del borde y ven a mi lado.
- Des de aquí tengo mejor perspectiva para disparar.- me dijo ella mirándome como si yo fuera estúpida.
- Mira.- empecé yo, intentando llegar a un trato con ella.- voy a buscar mi ametralladora, pero cuando vuelva, nos vamos de aquí, ¿de acuerdo?- Luna asintió, y se quedó allí parada esperándome.
Baje de la azotea y fui a buscar un poco de agua. Los efectos del alcohol y la pastilla se me habían pasado de golpe. Luna estaba teniendo alucinaciones y yo no podía hacer nada más que cuidar de ella para que no cometiera ninguna locura. Me dirigí a la cocina a toda prisa, llené un vaso con agua fresca y salí de la casa para volver a buscar a  Luna, sin embargo me encontré con que toda la gente miraba hacia el cielo. Mi amiga gritaba des del borde de la azotea, aclamaba el fin del mundo, y recriminaba a los presentes que no hicieran nada por impedirlo.
Yo intentaba moverme entre la multitud, quería subir a su lado y llevármela lejos, pero no me dejaban. Oía sus risas y los gritos de Luna en mi cabeza martilleándome sin control. Daba empujones y codazos, pero apenas había avanzado unos metros. Todos la señalaban, pero ninguno subía a la azotea para pararla, se lo pasaban bien a su costa, y eso aún me daba más rabia. Hubo un extraño momento en que todos callaron y pude oír perfectamente las palabras de mi amiga.
- El mundo podrá sobrevivir si yo muero, mortales habitantes de la Tierra, recordad mi sacrificio como aquel que os salvó la vida.- Luna dio un salto y calló detrás de la casa. Todo se quedó en silencio, nadie se movía. Cuando comprendí que era lo que había pasado, chillé su nombre como una desesperada, la gente esta vez sí que me dejó pasar.
Las imágenes se volvieron borrosas, vi el cuerpo de Luna ensangrentado, el funeral en el que sus padres no me dejaron pasar, las noches enteras sin dormir mirando antiguas fotografías, la mirada perdida delante de platos llenos de comida que no podía ingerir, y por fin, mis padres llevándome al hospital.
Abrí los ojos. Seguía en la playa, pero el sol, que antes se encontraba en su zénit, ahora se había escondido detrás de la ciudad. No me sorprendió encontrarme a Luna a mi lado. Iba vestida con una sencilla camiseta de manga corta y unos shorts. La miré durante un largo rato, pensando en todo lo que habíamos pasado, en como acabó todo y en qué demonios era ella.
- Parece que has recobrado la memoria.-me dijo mientras masticaba un chicle pausadamente.- eso está bien.
- ¿Me odias?- le pregunté con las lágrimas en los ojos y el corazón latiendo a toda velocidad. Se quedó en silencio largo rato hasta que movió la cabeza de un lado a otro negativamente.- pero, yo te maté.
- No, tú no sabías que aquello pasaría, no fue culpa tuya.- me dijo, pero yo no podía creerla
- Prometí que cuidaría de ti y te dejé sola.- escondí la cara entre mis rodillas y empecé a llorar todo lo que no había podido hacer hasta ahora. La muerte de Luna me golpeaba la mente y el corazón y los hacían temblar, me costaba respirar y apenas podía articular palabra.
De repente alguien me abrazó por la espalda, por un momento, quise pensar que era ella, pero los brazos fuertes de mi padre me sujetaron, dejando que me aferrara a ellos clavándole las uñas a causa de la desesperación que sentía. Pese a todo, Luna se había puesto delante de mí y me sonreía.
- Escúchame Laura, no me queda mucho tiempo.- me dijo ella mirándome atentamente.- puedo hacer que te olvides de mi si lo deseas, de hecho lo haré si veo que no eres capaz de continuar. Ahora mismo tú eres la única que se acuerda de mí, y gracias a eso, puedo estar con mis padres en un mundo dónde las almas descansan en paz, pero si mi recuerdo te impide vivir, haré que desaparezca.
- No.- dije con convicción, haciendo que mi padre me mirara extrañado.- no quiero olvidarme de ti, jamás lo haré, viviré todo aquello que yo te arrebaté, viviré por las dos Luna, te lo prometo, y esta vez, cumpliré mi promesa.- Luna sonrió y se acercó a mi dándome un beso en la frente, pero lo único que noté fue un ligero cosquilleo.
La vi desvanecerse poco a poco, siempre con aquella sonrisa en los labios. La recordaría toda la vida, porque aunque no estuviera físicamente conmigo, se que en el lugar en el que está me estará observando y cuidará de mi como ha hecho siempre, a cambio yo no la olvidaré por mucho que eso a veces me haga daño, simplemente, sería incapaz de no recordar cada segundo que pasé a su lado.  
FIN

Pues por fin he acabado esta historia. Sinceramente el final no me convence en absoluto, espero que a vosotros os guste más que a mi. Por otro lado, tengo que aclarar que la finalidad de esta pequeña historia es ilustrar el poder de la verdadera amistad, simplemente, representar ese momento en que eres consciente que darías tu propia vida para salvar la de tu amigo. Me gustaría informaros que tengo otra nueva historia entre manos, espero poder presentaros el primer capítulo pronto, sin embargo, es una historia con muchos detalles que hace falta cuidar. Mientras tanto iré colgando algún que otro texto, que espero que os gusten :)

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