Parte II:http://dancingallthenight.blogspot.com/2012/02/luna-ii.html
Parte III: http://dancingallthenight.blogspot.com.es/2012/03/luna-iii.html
Parte IV:http://dancingallthenight.blogspot.com.es/2012/03/luna-iv.html
La noche pasaba rápido, las
imágenes se intercalaban unas con las otras, me veía a mí bailando con Luna,
abriendo los regalos, partiendo una enorme tarta. Sin embargo, todo se volvió nítido
de repente. Estábamos las dos sentadas en su tejado, en aquella azotea en la
que habíamos pasado tantas tardes de verano. Yo fumaba poco a poco, después le
pasaba a ella el cigarro mientras yo cogía la botella de vodka que estábamos
compartiendo.
- Está siendo una gran noche.-
dijo Luna dándole una larga calada.- ¿te lo estas pasando bien?- yo asentí
sonriéndole. Rebusqué en mi bolso una pequeña bolsita de plástico que contenía
dos pastillas una de color verde y otra de color azul.- ¿Qué es esto?
- Éxtasis.- le contesté sacando las pastillas,
Luna me miró con desconfianza.- no temas, no te pasará nada, ya lo he probado
otras veces.
- ¿Qué me pasará si me la tomo?-
preguntó ella cogiendo la pastilla verde y la botella de vodka que le ofrecía.
- Descubrirás un nuevo mundo.- le
dije yo sonriendo traviesa y tomándome mi pastilla.- vamos, tómatela, yo estaré
aquí para cuidarte.
- ¿Me lo prometes?- preguntó Luna
un tanto asustada
- Te lo prometo.- le respondí con
convicción, haciendo que ella se tragase la pastilla.
Las dos empezamos a entrar en un
estado de euforia descontrolado, danzábamos por la azotea como si no hubiera
mañana, cantábamos canciones sin sentido y seguíamos bebiendo de aquella
botella de vodka, que pronto se acabaría. No sentíamos el cansancio, parecía
que el mundo podría ser nuestro con tan solo proponérnoslo, corríamos,
saltábamos y gritábamos como si no hubiera mañana. Sin embargo, llegó un
momento en que Luna se paró mirándome solemnemente.
- Laura, debemos salvar la
Tierra.- se puso al borde de la azotea observando la noche.- Luchar o morir en
el intento.- Yo me la quedé mirando. Su vestido ondeaba bajo la suave brisa de
verano, su cabello rubio se le metía en los ojos, pero ella no se molestaba en
apartarlo.- ¿Estas dispuesta a dar tu vida por la supervivencia del mundo?
- Luna, ¿Se puede saber qué
demonios estás diciendo?- le pregunté yo, acercándome poco a poco a su lado.-
venga, aléjate del borde y ven a mi lado.
- Des de aquí tengo mejor
perspectiva para disparar.- me dijo ella mirándome como si yo fuera estúpida.
- Mira.- empecé yo, intentando
llegar a un trato con ella.- voy a buscar mi ametralladora, pero cuando vuelva,
nos vamos de aquí, ¿de acuerdo?- Luna asintió, y se quedó allí parada
esperándome.
Baje de la azotea y fui a buscar
un poco de agua. Los efectos del alcohol y la pastilla se me habían pasado de
golpe. Luna estaba teniendo alucinaciones y yo no podía hacer nada más que
cuidar de ella para que no cometiera ninguna locura. Me dirigí a la cocina a
toda prisa, llené un vaso con agua fresca y salí de la casa para volver a
buscar a Luna, sin embargo me encontré
con que toda la gente miraba hacia el cielo. Mi amiga gritaba des del borde de
la azotea, aclamaba el fin del mundo, y recriminaba a los presentes que no
hicieran nada por impedirlo.
Yo intentaba moverme entre la
multitud, quería subir a su lado y llevármela lejos, pero no me dejaban. Oía
sus risas y los gritos de Luna en mi cabeza martilleándome sin control. Daba
empujones y codazos, pero apenas había avanzado unos metros. Todos la
señalaban, pero ninguno subía a la azotea para pararla, se lo pasaban bien a su
costa, y eso aún me daba más rabia. Hubo un extraño momento en que todos callaron
y pude oír perfectamente las palabras de mi amiga.
- El mundo podrá sobrevivir si yo
muero, mortales habitantes de la Tierra, recordad mi sacrificio como aquel que
os salvó la vida.- Luna dio un salto y calló detrás de la casa. Todo se quedó
en silencio, nadie se movía. Cuando comprendí que era lo que había pasado,
chillé su nombre como una desesperada, la gente esta vez sí que me dejó pasar.
Las imágenes se volvieron
borrosas, vi el cuerpo de Luna ensangrentado, el funeral en el que sus padres
no me dejaron pasar, las noches enteras sin dormir mirando antiguas fotografías,
la mirada perdida delante de platos llenos de comida que no podía ingerir, y
por fin, mis padres llevándome al hospital.
Abrí los ojos. Seguía en la playa,
pero el sol, que antes se encontraba en su zénit, ahora se había escondido
detrás de la ciudad. No me sorprendió encontrarme a Luna a mi lado. Iba vestida
con una sencilla camiseta de manga corta y unos shorts. La miré durante un
largo rato, pensando en todo lo que habíamos pasado, en como acabó todo y en
qué demonios era ella.
- Parece que has recobrado la
memoria.-me dijo mientras masticaba un chicle pausadamente.- eso está bien.
- ¿Me odias?- le pregunté con las
lágrimas en los ojos y el corazón latiendo a toda velocidad. Se quedó en
silencio largo rato hasta que movió la cabeza de un lado a otro negativamente.-
pero, yo te maté.
- No, tú no sabías que aquello
pasaría, no fue culpa tuya.- me dijo, pero yo no podía creerla
- Prometí que cuidaría de ti y te
dejé sola.- escondí la cara entre mis rodillas y empecé a llorar todo lo que no
había podido hacer hasta ahora. La muerte de Luna me golpeaba la mente y el
corazón y los hacían temblar, me costaba respirar y apenas podía articular
palabra.
De repente alguien me abrazó por
la espalda, por un momento, quise pensar que era ella, pero los brazos fuertes de
mi padre me sujetaron, dejando que me aferrara a ellos clavándole las uñas a
causa de la desesperación que sentía. Pese a todo, Luna se había puesto delante
de mí y me sonreía.
- Escúchame Laura, no me queda
mucho tiempo.- me dijo ella mirándome atentamente.- puedo hacer que te olvides
de mi si lo deseas, de hecho lo haré si veo que no eres capaz de continuar.
Ahora mismo tú eres la única que se acuerda de mí, y gracias a eso, puedo estar
con mis padres en un mundo dónde las almas descansan en paz, pero si mi
recuerdo te impide vivir, haré que desaparezca.
- No.- dije con convicción,
haciendo que mi padre me mirara extrañado.- no quiero olvidarme de ti, jamás lo
haré, viviré todo aquello que yo te arrebaté, viviré por las dos Luna, te lo
prometo, y esta vez, cumpliré mi promesa.- Luna sonrió y se acercó a mi dándome
un beso en la frente, pero lo único que noté fue un ligero cosquilleo.
La vi desvanecerse poco a poco,
siempre con aquella sonrisa en los labios. La recordaría toda la vida, porque aunque
no estuviera físicamente conmigo, se que en el lugar en el que está me estará
observando y cuidará de mi como ha hecho siempre, a cambio yo no la olvidaré
por mucho que eso a veces me haga daño, simplemente, sería incapaz de no
recordar cada segundo que pasé a su lado.
FIN
Pues por fin he acabado esta historia. Sinceramente el final no me convence en absoluto, espero que a vosotros os guste más que a mi. Por otro lado, tengo que aclarar que la finalidad de esta pequeña historia es ilustrar el poder de la verdadera amistad, simplemente, representar ese momento en que eres consciente que darías tu propia vida para salvar la de tu amigo. Me gustaría informaros que tengo otra nueva historia entre manos, espero poder presentaros el primer capítulo pronto, sin embargo, es una historia con muchos detalles que hace falta cuidar. Mientras tanto iré colgando algún que otro texto, que espero que os gusten :)
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