Parte II:http://dancingallthenight.blogspot.com/2012/02/luna-ii.html
Parte III: http://dancingallthenight.blogspot.com.es/2012/03/luna-iii.html
Cada paso que doy es un recuerdo
que vuelve a mi mente. En menos de media hora todo mi pasado ha quedado
reconstruido. Me siento en la playa a la que he ido a parar y sonrío, por fin
la veo en toda su esencia y peculiaridad. Me tumbo en la arena y dejo que por
mis ojos pasen todas aquellas escenas que me han intentado arrebatar.
Veo el día en que conocí a la
pequeña Luna. Teníamos seis años y yo acababa de mudarme. Siempre he sido muy
tímida, y a la hora del patio me encontraba sentada en una esquina viendo a los
demás niños jugar con sus amigos. Sin embargo ella me observaba des la lejanía,
retorciendo la falda de su vestido blanco con los dedos. De repente se me
acercó y me ofreció una mano. En aquel momento no sabía que aceptarla fue lo
mejor que he hecho en mi corta vida.
A partir de ese momento nos
convertimos en inseparable. Luna y Laura, las niñas que querían comerse el
mundo. Si una de nosotras lloraba la otra sentía su dolor como propio, si una
reía, la otra sentía su felicidad recorrerle por el cuerpo. No podíamos pasar
más de un día sin vernos, siempre estábamos una en casa de la otra, y nos influenciábamos
mutuamente. Sin embargo, no todo el mundo veía con buenos ojos la relación que
manteníamos, sobre todo los padres de Luna, dos personas dedicadas a sus
negocios y a moderar su fortuna, querían lo mejor para su hija, y estuvieron a
punto de cambiarla de instituto millones de veces. Pero pese a todo, querían
demasiado a su hija como para separarla de mí.
Otro recuerdo me invade la mente.
Luna vestida con mis sudaderas y mis tejanos, intentando no caerse de mi
monopatín. Por aquel entonces debíamos tener trece años, y yo me había aficionado
a las ropas anchas, todo lo contrario que ella, que siempre llevaba un modelito
diferente cada día. Fue idea suya cambiarnos de vestuario durante una
temporada, incluso queríamos teñirnos el pelo con el color de la otra, pero eso
ya era llegar demasiado lejos. Sonrío al pensar en aquellos días de instituto
en que nos interesaban más los chicos que los estudios, las veces que la había
visto llorar a ella por culpa de algún mamarracho, y los dramas que le montaba yo
por lo mismo.
Las imágenes se van formando en
mi cabeza, con algunas sonrío, como por ejemplo, el día en que Luna le escondió
las llaves de casa a una chica que nos caía mal, o cuando nos escondíamos entre
las gradas para observar a los chicos del equipo de fútbol. Aunque no todo lo
que me viene a la mente es bueno o gracioso. Recuerdo el día en que murió mi
abuela, como ella se quedó a mi lado hasta que ya no podía derramar más
lágrimas. O cuando a su padre le diagnosticaron cáncer de pulmón, las veces que
había ido con ella al hospital porque no podía aguantar sola el verlo
degenerándose poco a poco.
De repente un recuerdo desvía
cualquier otra imagen. Es mucho más nítido que los demás, tanto que lo vivo
como si fuera real.
“- Oye.- me llama Luna probándose
un vestido color esmeralda abierto por la espalda.- ¿te gusta este?
- Prefiero el azul.- le digo yo
colocándome bien el gorro.- va a conjunto con tus ojos.- ella sonríe y asiente,
rebusca entre un montón de ropa que tiene a su lado y saca el vestido, se lo
vuelve a probar, da un par de vueltas y espera mi aprobación. Yo asiento
firmemente y sonrío al verla tan radiante.- vas a ser la envidia de la fiesta.
- De eso se trata.- me contesta
ella giñándome el ojo, hasta que se me queda mirando con gesto serio y me
dice.- no pensarás ir con una de tus sudaderas ¿no?
- Iba a ponerme el vestido blanco
que me puse para mi cumpleaños.- le digo despreocupada
- ¡Oh vamos!- exclama ella
escandalizada.- no puedes volver a ponerte eso.- vuelve a buscar entre la ropa
y saca un preciosos vestido negro y me lo lanza.- pruébate este.
Me lo pongo con cuidado y me
sorprendo a mi misma al mirarme al espejo. Luna me observa des de atrás
sonriente, yo doy un par de vueltas, admirando lo bien que se ajusta la tela a
mi cuerpo.
- Parece hecho
a medida.- digo embobada con mi imagen
- A ver si vas a ser tú la que
despertará los celos de las demás.- me dice ella bromeando
La imagen cambia de repente y nos
encontramos en la enorme casa de Luna, lo recuerdo perfectamente, aquellos eran
los vestidos para su fiesta de cumpleaños. Era el verano de 2011, y ella
cumplía los dieciocho, todos la esperaban como la mejor fiesta de ese año, y de
hecho eso habíamos preparado entre las dos. Había montones de alcohol, comida, habíamos
contratado a uno de los mejores DJ del momento, la casa tenía una piscina y un jardín
enorme, la gente bailaba y se divertía.
CONTINUARÁ
En fin, siento haber tardado tanto en subir la continuación de esta historia, pero simplemente es que no sabía como acabarla, mañana colgaré el último capitulo, por ahora disfrutad de este :)
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