viernes, 23 de marzo de 2012

Luna IV

Parte I: http://dancingallthenight.blogspot.com/2012/02/luna.html 
Parte II:http://dancingallthenight.blogspot.com/2012/02/luna-ii.html 

Parte IIIhttp://dancingallthenight.blogspot.com.es/2012/03/luna-iii.html


Cada paso que doy es un recuerdo que vuelve a mi mente. En menos de media hora todo mi pasado ha quedado reconstruido. Me siento en la playa a la que he ido a parar y sonrío, por fin la veo en toda su esencia y peculiaridad. Me tumbo en la arena y dejo que por mis ojos pasen todas aquellas escenas que me han intentado arrebatar.
Veo el día en que conocí a la pequeña Luna. Teníamos seis años y yo acababa de mudarme. Siempre he sido muy tímida, y a la hora del patio me encontraba sentada en una esquina viendo a los demás niños jugar con sus amigos. Sin embargo ella me observaba des la lejanía, retorciendo la falda de su vestido blanco con los dedos. De repente se me acercó y me ofreció una mano. En aquel momento no sabía que aceptarla fue lo mejor que he hecho en mi corta vida.
A partir de ese momento nos convertimos en inseparable. Luna y Laura, las niñas que querían comerse el mundo. Si una de nosotras lloraba la otra sentía su dolor como propio, si una reía, la otra sentía su felicidad recorrerle por el cuerpo. No podíamos pasar más de un día sin vernos, siempre estábamos una en casa de la otra, y nos influenciábamos mutuamente. Sin embargo, no todo el mundo veía con buenos ojos la relación que manteníamos, sobre todo los padres de Luna, dos personas dedicadas a sus negocios y a moderar su fortuna, querían lo mejor para su hija, y estuvieron a punto de cambiarla de instituto millones de veces. Pero pese a todo, querían demasiado a su hija como para separarla de mí.
Otro recuerdo me invade la mente. Luna vestida con mis sudaderas y mis tejanos, intentando no caerse de mi monopatín. Por aquel entonces debíamos tener trece años, y yo me había aficionado a las ropas anchas, todo lo contrario que ella, que siempre llevaba un modelito diferente cada día. Fue idea suya cambiarnos de vestuario durante una temporada, incluso queríamos teñirnos el pelo con el color de la otra, pero eso ya era llegar demasiado lejos. Sonrío al pensar en aquellos días de instituto en que nos interesaban más los chicos que los estudios, las veces que la había visto llorar a ella por culpa de algún mamarracho, y los dramas que le montaba yo por lo mismo.
Las imágenes se van formando en mi cabeza, con algunas sonrío, como por ejemplo, el día en que Luna le escondió las llaves de casa a una chica que nos caía mal, o cuando nos escondíamos entre las gradas para observar a los chicos del equipo de fútbol. Aunque no todo lo que me viene a la mente es bueno o gracioso. Recuerdo el día en que murió mi abuela, como ella se quedó a mi lado hasta que ya no podía derramar más lágrimas. O cuando a su padre le diagnosticaron cáncer de pulmón, las veces que había ido con ella al hospital porque no podía aguantar sola el verlo degenerándose poco a poco.
De repente un recuerdo desvía cualquier otra imagen. Es mucho más nítido que los demás, tanto que lo vivo como si fuera real.
“- Oye.- me llama Luna probándose un vestido color esmeralda abierto por la espalda.- ¿te gusta este?
- Prefiero el azul.- le digo yo colocándome bien el gorro.- va a conjunto con tus ojos.- ella sonríe y asiente, rebusca entre un montón de ropa que tiene a su lado y saca el vestido, se lo vuelve a probar, da un par de vueltas y espera mi aprobación. Yo asiento firmemente y sonrío al verla tan radiante.- vas a ser la envidia de la fiesta.
- De eso se trata.- me contesta ella giñándome el ojo, hasta que se me queda mirando con gesto serio y me dice.- no pensarás ir con una de tus sudaderas ¿no?
- Iba a ponerme el vestido blanco que me puse para mi cumpleaños.- le digo despreocupada
- ¡Oh vamos!- exclama ella escandalizada.- no puedes volver a ponerte eso.- vuelve a buscar entre la ropa y saca un preciosos vestido negro y me lo lanza.- pruébate este.
Me lo pongo con cuidado y me sorprendo a mi misma al mirarme al espejo. Luna me observa des de atrás sonriente, yo doy un par de vueltas, admirando lo bien que se ajusta la tela a mi cuerpo.
- Parece hecho a medida.- digo embobada con mi imagen                      
- A ver si vas a ser tú la que despertará los celos de las demás.- me dice ella bromeando
La imagen cambia de repente y nos encontramos en la enorme casa de Luna, lo recuerdo perfectamente, aquellos eran los vestidos para su fiesta de cumpleaños. Era el verano de 2011, y ella cumplía los dieciocho, todos la esperaban como la mejor fiesta de ese año, y de hecho eso habíamos preparado entre las dos. Había montones de alcohol, comida, habíamos contratado a uno de los mejores DJ del momento, la casa tenía una piscina y un jardín enorme, la gente bailaba y se divertía.
CONTINUARÁ

En fin, siento haber tardado tanto en subir la continuación de esta historia, pero simplemente es que no sabía como acabarla, mañana colgaré el último capitulo, por ahora disfrutad de este :)

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