A veces me pregunto porque escribo. Hay días en que necesito expresar lo que pienso, días en los que mi corazón se desborda de sentimientos, momentos en que mi alma busca en las palabras el método de expresar todo lo que ve y siente. Escribo para sentirme viva y en parte, para no volverme loca. Hay veces en las que mi mente necesita un descanso, una bocanada de aire que se transforma en una historia, en palabras encadenadas, a veces sin sentido.
Para mi, una hoja en blanco y un lápiz son suficientes para crear un mundo en el que perderme, un universo lleno de criaturas fantásticas, de monstruos y pesadillas, de color y luz, pero todo lo que escribo proviene de mi mente, quizá enferma de libros y historias. Amo escribir, es lo que más me gusta en este mundo y me pasaría la vida entera haciéndolo, porque si no escribo mi mente se satura. Tengo tantas ideas que expresar, tantos personajes por crear, que no puedo esperar a llegar a casa para escribirlo, siempre voy con una libreta y un boli a mano, porque quizá el sol que entra por al ventana del tren me inspire un nuevo paisaje, o quizá un paraguas que se abre en medio de una clase me sugiera un nuevo mundo que inventar.
Para mi escribir no es una forma de ganar dinero, sino una manera para expresarme. Las palabras son la mejor arma creada por el ser humano. Las letras se juntan y con ellas puedo crear lo que quiera, puedo destruir ciudades o crearlas, puedo matar y hacer danzar a cualquier ser, puedo hacer brillar el Sol, como también puedo extinguirlo para siempre.
Me apasiona escribir, y aunque no me gane la vida con ello, nunca dejaré de hacerlo, porque el corazón me reclama que escriba, que utilice todo mi ingenio en crear nuevas historias que la gente pueda leer y disfrutar con ellas, que puedan sentirse identificados, que se emocionen y rían o que les despierten recuerdos escondidos en lo más profundo de su alma. Porque si hay algo que me decepciona muchísimo, es ver como mis palabras no despiertan sentimiento alguno en aquel que las lee. Una historia debe mover algo en nuestro interior, sea bueno o malo, pero no puede dejarte indiferente, si lo hace, es que esos personajes no están bien definidos, ese mundo que tu has creado no sirve para nada.
Otra de las cosas que me gusta hacer con mis escritos es rehacerlos mil y una veces. Cuando creo una nueva historia primero la escribo a mano, la leo mil veces, corrigiendo y añadiendo nuevos detalles, dejando que el mundo que estoy creando se haga real en mi mente. Después, dejo que alguien lo lea, ya sea un amigo, mi hermano, mi primo o a veces mi madre, cada persona ve algún fallo nuevo, te sugiere detalles que a ti te parecían sin importancia, y es que no hay nada mejor para un escritor que una buena crítica. Esos si, criticar por criticar solo hace daño, cuando leemos un texto de alguien siempre debemos tener la mente activa para buscar explicaciones a nuestras sugerencias, porque en el fondo todo lo que digamos son eso, sugerencias, el escritor después decidirá si añadirlas a su historia o no.
Llevo años jugando con las palabras, me gusta hacerlo, me divierto y simplemente es una actividad que llena mi alma, solo espero poder decir algún día que me gano la vida escribiendo.
No dejes de escribir siempre que tengas historias que contar y te emocione hacerlo, a mi me has emocionado. Buen viaje y disfruta el camino.
ResponderEliminarQue alegre por la huelga ? preocupado por tus de derechos y el de los demas , que ? se te olvidaron esos.
ResponderEliminarEn este texto, digamos que he plasmado porque escribo historias de ficción. Si llego a ser periodista escribiré otro tipo de cosas muy diferentes, lo haré para demostrar al mundo lo que nadie quiere que vea.
ResponderEliminartouché Laia, no sabia que tinguessis un blog, ja m'aniré passejant per les teves petites històries!
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