A veces, en las noches sombrías en las que observo la luna bajo el
amparo del humo de mi cigarro, me acuerdo de ti. Aquellas tardes de verano que
jugábamos a adivinar el futuro, y mírame ahora. Veo tu pelo negro caer en rizos
imperfectos por tu espalda, siempre me gustaba más cuando lo llevabas suelto,
aunque he de reconocer que la trenza no te quedaba mal. Veo tu ojos, marrones y
brillantes a la luz del sol que me miran des de lejos. Pero lo que más me
atormenta es tu sonrisa, siempre iluminando tu cara, la paz y la serenidad que
sentía cuando la observaba en silencio aún siguen presentes en mí. Sin embargo
te separaron de mi lado mi propia estupidez y mis prejuicios, mis dudas y mi
tormento. Y ahora, cuando no hay marcha atrás, recuerdo tus besos y me ahogo en
mi llanto, rememoro tus labios recorriendo mi piel y un escalofrió atraviesa mi
cuerpo, veo tus manos acercando mi cara a la tuya y sé que estoy soñando, que
la realidad es que jamás te tuve, que todo lo que yo creo recuerdos son imágenes
producidas por mi mente en esta habitación oscura en la que llevo años
encerrada.
Me gusta.
ResponderEliminarMe alegro de que te guste :)
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