jueves, 18 de octubre de 2012

Ovejas negras

"En un pequeño rebaño de ovejas existía una que era completamente negra, a diferencia de las otras, que tenían un perfecto pelaje blanquecino. El pastor, asqueado porque no podía aprovechar la lana, pensó en sacrificarla, sin embargo, su hijo menor se había encariñado con el animal así que le perdonó la vida. Pero el rebaño no aceptaba a la pobre oveja. Su aspecto diferente las ponía nerviosas y preferían dejarla apartada del círculo. En verano siempre era la oveja negra la que se quedaba sin sombra, a la hora de comer, tenía que conformarse con el trozo de pasto más mal cuidado. Los hijos mayores del pastor solían maltratar al animal, le tiraban piedras y palos, le ataban las patas para que no pudiera andar, le arrancaban trozos de pelaje...
El hijo menor sin embargo, siempre llegaba al rescate, curaba las heridas que pudiera tener y se la llevaba a descansar en un pequeño prado apartado de los demás. La oveja negra quería mucho a aquel niño, él era diferente, como ella misma. Pasaron los años y la situación no cambió, incluso cuando los hermanos mayores empezaron a estar menos tiempo en la granja, lo primero que hacían al volver era perseguir a la oveja negra. El rebaño seguía sin aceptarla, incluso su propia madre la ignoraba completamente. 
Llegó un día en que el niño que la había estado cuidando se hizo mayor y se fue a ver mundo separado de su familia. Fue en aquel momento en el que la oveja se quedó completamente sola y desprotegida, su vida se volvió un auténtico infierno. Así fue como, una mañana de invierno, la pequeña se dirigió al matadero que había al otro lado de la montaña y se quedó esperando en la puerta hasta que uno de los empleados la recogió. Sin ningún tipo de miramiento, el hombre la puso con todos los animales que debían matar aquel día"

Nunca he visto una oveja negra, y mucho menos creo que un animal muestre el comportamiento aquí narrado. Pero si cambiamos las ovejas por humanos, todo tiene mucho más sentido. 
La sociedad, ese rebaño de borregos sin cerebro ni personalidad que sigue a un pastor. Por otro lado, la oveja negra, esa persona que es diferente al resto. Quizá tan solo vista diferente a los demás, quizá sea homosexual, quizá sea un hombre o una mujer de color, quizá, simplemente, no quiere ser igual que todo el mundo. 
Sin embargo, vivimos en un mundo donde a las ovejas negras no se las puede dejar tranquilas, por el simple hecho de ser diferentes. El rebaño no la acepta, la aborrece porque les da miedo y como resultado, deciden maltratar al que es diferente a ellos. Insultos diarios que hacen que poco a poco la oveja negra odie ser como es, cuando en realidad debería sentirse orgullosa. Poco a poco aquella persona se va cerrando en si misma, intenta esconder aquellos que la hace única y al final acaba por convertirse en una más del rebaño. 
Hay veces en las que la pequeña oveja negra entra en una espiral de autodestrucción y odio que la lleva a hacerse daño a si misma, incluso a veces, cuando todo se hace insoportable, decide quitarse la vida.
Soy una oveja negra, conozco a otras ovejas negras, y después de muchos años y de pasar cosas que no les deseo a nadie, tan solo quiero decir que si tú también lo eres, no te escondas, sé tú mismo y siéntete orgulloso de ser como eres y quiérete. Y si, por lo contrario, perteneces al rebaño que se hace llamar sociedad, por favor, piénsatelo antes de insultar a alguien por no parecerse a ti, quizá seas tú la próxima oveja negra. 

2 comentarios:

  1. Pensaba que llegados a este punto sabíamos todos que nadie es igual a nadie. Es una osadía lo que acabo de decir, sí, pero no por ello es menos cierto. (De ahí que las generalizaciones en plan "todos somos seres humanos" me revienten) Xd

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  2. Ser diferente, no pensar como los demás... suele provocar discriminación... Cuando debería provocar admiración y respeto. Da asco.
    Yo, personalmente, no me considero ni diferente, ni igual, simplemente soy yo, ya sea para bien o para mal.
    Siento que mis palabras no sean tan profundas como las tuyas, pues mi mente no da para más, pero aun así, las he comprendido y me han llegado. Muchas gracias.

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