martes, 17 de julio de 2012

I'm the only one and I walk alone

El asfalto le quema la planta de los pies carente de cualquier tipo de protección, pero a ella no le importa. Camina por la superficie gris lentamente, dando un paso tras otro, pequeñas zancadas que parecen llevarla a los confines del mundo. Su vestido blanco se ha roto, ella que parecía la princesa de un cuento de hadas, ahora es un simple despojo. La tela hecha jirones a penas le cubre la mitad del cuerpo, sus piernas blancas como la leche empiezan a llenarse de arañazos hechos por ella misma en unos instantes de imparable locura. La oscuridad la envuelve y la guía, precisa y fantasmal hacía su esperado final. El asfalto cambia, ahora camina sobre una superficie arenosa llena de piedrecitas que se le clavan en los pies. Pero no le importa, es más, lo disfruta. Siente el dolor, le gusta y lo eleva mil veces para sentirse viva. En su mano derecha una botella de whisky se balancea casi vacía. "Alcohol para las heridas" le decía siempre su madre cuando era una cría. Le dio un largo trago y se río de si misma, de lo patética y estúpida que había sido durante tantos años. 
Llegó a su destino, el puente del callado. se acercó al borde y dejó que las luces de los coches la deslumbrasen. El viento le removió su sedosa cabellera rubia, sus ojos empezaron a derramar oscuras lágrimas producidas por las cantidades industriales de rimel y lápiz de ojos que se había puesto aquella noche. "Si mi madre me viera tan solo me diría que deje de llorar, que se me está corriendo todo el maquillaje" pensó la chica sonriendo irónicamente. Apuró la botella y la tiró al suelo rebentándola y haciendo que pequeñas partículas de vidrio se le clavaran en su fina piel. Que a gusto se sentía con el dolor, como le gustaba sentir la sangre corriendo por su piel. Miró al cielo "Muere joven y deja un bonito cadáver" se dijo a si misma reproduciendo una frase que había leído vete a saber donde. 
Se subió a la baranda que rodeaba el puente y saltó hacía los coches. Un camión se llevó su cuerpo por delante, la dejó inconsciente y en pocos minutos la chica murió, sin despedirse de nadie, sin decir un porque, se fue para no volver y con el tiempo, todos la olvidaron, todo lo que quedó de ella fue una urna olvidada en un viejo armario de madera carcomida. 

3 comentarios:

  1. Que historia mas triste. Pero entiendo a esta chica.Si la vida se convierte en algo tan negativo, si no tienes a nadie que te quiera y tu quieras y realmente no vale la pena vivir porque todo es sufrimiento, saltar es una opción.Es tu caso?. O quizas, solo quizas,le das demasiado peso a la parte oscura de tu vida y muy poco a la luz?
    Te propongo un juego para mañana: desde que abras los ojos piensa en todo lo bueno que tienes y lo mal que te sentirias si lo perdieras: empieza por la comoda cama en la que te encuentras, las personas que te quieren, por ejemplo, las que te donarian un riñón si lo necesitaras y sin pensarlo dos veces.Tienes poder de imaginación? pues imaginaté tirada en una dura piedra, sin casa y sola...continua tú, piensa en algo que tienes, material o espiritual, la felicidad que te reporta, y imagina como te sentirias si lo perdieras. Despues dejaté inundar por el placer de no haberlo perdido aún, de tenerlo. Es un ejercicio muy interesante, pruebaló y cada vez que te encuentres mal vuelve a realizarlo, pertinaz y tozuda. Así se conquista la felicidad. Busca lo que quieres y sé feliz con lo que tienes. Esta última frase no es mia, es de una persona sabia.

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  2. (...) todos la olvidaron, todo lo que quedó de ella fue una urna olvidada en un viejo armario de madera carcomida.

    No entiendo esto... es decir, la olvidaron porque... ¿porque todos sus preciados recuerdos se hallaban ahí?
    ¿Porque las personas que vivían con ella se habían mudado dejando sus recuerdos atrás... y ellos con la chica?

    No sé... como sea, estoy de acuerdo con la persona del comentario de arriba. Siempre hay algo por lo que vivir.

    De verdad... hace poco murió mi abuela y... todos los anhelos de muerte que se me podrían haber pasado por la cabeza, han desaparecido.
    No ha sido la primera muerte que he presenciado en mi vida... pero sí que la he visto. La he visto muerta, sin arreglar, luego arreglada, metida en el féretro y éste en otra urna de cristal frigorífica, para que la veláramos un par de días, antes del entierro...
    Y luego el entierro. Me sentí como una mierda. Es decir... ya está: Y eso es todo.

    Pensar... todo esto, para terminar ahí metida y pudrirse...
    Bueno, no es algo que pueda evitar. Pero lo voy a atrasar todo lo posible. Y cuando llegue el momento (esto ya es opinión personal) dejaré por escrito si hace falta que me incineren. Muera a la edad que muera, no quiero pudrirme, nunca. No quiero que este cuerpo se transforme en una monstruosidad, en una cosa fría y dura sin vida, pútrida, y que se me coman los bichos... No.

    Solo eso... es que fue algo... no quiero morir, no aún.

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