lunes, 9 de abril de 2012

Ojeras y lágrimas

Tres días sin dormir, lágrimas derramadas a media noche, odio hacía mi misma y el abismo de la oscuridad por delante. No entiendo lo que me está pasando, no creo que llegue a entenderlo nunca. Al final he vuelto a las andadas, la oscuridad reside en mi corazón y no puedo evitarlo. Siempre vuelve a mi como una sombra que me acecha esperando su oportunidad para abordarme y hundirme otra vez en la miseria.
Lo peor de todo es mantener esta estúpida sonrisa, fingir ser feliz cuando en verdad quieres morirte, meterte debajo de las sábanas y no salir nunca más. Porque en el fondo no puedo tapar las ojeras, pero si las lágrimas, puedo sonreír perfectamente y que nadie se de cuenta de que por dentro mis esquemas se han roto, de que mi vida va perdiendo el sentido poco a poco.
Vuelvo a las andadas, me miro las venas y la sangre se me amontona, hacía tiempo que no sentía esta sensación de abandono, soledad en medio de esta oscuridad, hacía demasiado tiempo que pensaba que era feliz, cuando en verdad la amargura estaba esperando el mejor momento para atacarme. Me ha pillado con las defensas bajas y he caído bajo su efecto.
No puedo ni con mi alma.

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