En estos días de lluvia miro por la ventana y veo las gotas caer.
Recuerdo cuando me pedías que saliéramos a pasear bajo el agua fría. A mí no me
gustaba, pero a ti, te encantaba, y solo por verte feliz, yo cogía mi paraguas
negro y salía a verte danzar como una niña pequeña bajo las gotas. Siempre me
acababas arrastrando contigo, me mojaba toda la ropa, pero al final me lo
pasaba bien, porque estábamos juntos.
Ahora, en esta tarde de Abril, me acuerdo de tus labios sabor a
tormenta repentina, tu cabello castaño cayéndote por los ojos. La vida por
aquellos entonces era sencilla, lo que más me preocupaba era verte feliz y
ahora no sé dónde encontrar mi propio bienestar, quizá porque perdí mi luz.
Me levanto de la silla, cojo mis cigarrillos, una chaqueta y salgo
bajo la lluvia. La frescura de sus gotas limpia mi alma y se lleva los recuerdos
del ayer. Paseo entre los árboles y las farolas que alumbran mi camino. Paso
por todas aquellas esquinas en las que te cogía del brazo y te acercaba a mí
para besarte, ahora de eso solo quedan mis recuerdos que entelan mis ojos. Las
lágrimas empiezan a confundirse con las gotas de lluvia.
Vuelvo a casa empapado, me dejo caer en la cama y lloro por todo lo
que perdí por culpa de aquel maldito cáncer, ese veneno feroz que te recorrió
el cuerpo como un barco, invadiendo todos tus órganos, desquiciándote la mente.
No puedo dejar de pensar que sin eso, tú y yo seguiríamos recorriendo las
calles lluviosas.
Miro por la ventana, bajo la persiana de golpe, no me gusta la lluvia
porque me recuerda demasiado a ti.
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La lluvia me inspira, hace días que pretendía escribir esto. No hay cosa que me guste más que ver llover mientras pienso en mis cosas acompañada del humo de mi cigarrillo. Me gustan los días lluviosos porque parece que el tiempo este de acuerdo con mi estado de ánimo, o simplemente por el olor de la hierba mojada, también adoro la calma que viene después de la tempestad, observar como las nubes se mueven sinuosas por las montañas. Simplemente, estos días de lluvia me inspiran, las palabras me salen solas sin pensarlo demasiado.
No eres la única a la que inspira la lluvia. Pero a mí me alegra. Soy muy rara, ya lo sé, pero no hay nada comparable a lo que siento empapándome bajo la lluvia, con aire enredándome el pelo y despejándome el cerebro. Me siento bien, en sintonía con lo que me rodea.
ResponderEliminarPero me estoy yendo por las ramas. Lo que quería decirte es que me gusta. Y que TE VIGIIIILO... ^^
A ver si empiezas pronto con Talmen.