martes, 24 de abril de 2012

Destino


Estoy en manos del destino y no puedo hacer nada para remediarlo. Muchas veces esto me ha llevado por la senda del dolor, la desesperanza, el miedo y la angustia. Lo he maldecido mi mil y una veces, he llorado a medianoche por el camino que me había tocado. Pero a la vez me odiaba a mi misma por no ser capaz de apreciar las cosas buenas de mi vida, porque a veces puedes convertirte adicto a ciertos tipos de tristeza. Sé que no debería quejarme, sé que en verdad debería ser feliz, sé que debería sonreír, pero a veces simplemente no puedo.
Sin embargo hoy no vengo a contaros mis penas, hoy vengo a hablaros de cuando el destino ha sido bueno conmigo. El destino me ha hecho conocer personas inolvidables, personas que no merezco. Y siempre le doy las gracias a la vida por traerme estas pequeñas perlas que son mi mayor tesoro, el poco sentido que tiene mi existencia se lo dan ellos, por ellos vivo y por ellos moriría mil veces.
Pero tampoco vengo a hablaros de todos en general, vengo a hablaros de una nueva perla que poco a poco se ha instalado en mi corazón, no sé muy bien porque. Pensar que todo empezó quejándonos de la gente que llevaba pantalones cortos en invierno es una de las cosas que más gracia me hacen. Pero lo mejor de todo es que a medida que hablábamos nos dimos cuenta de lo parecidas que éramos, compartimos gustos, pensamientos, maneras de ser. Sin embargo tampoco es eso lo que la hace especial. Me escucha, y eso pocos lo hacen, y menos a mí, le puedo explicar cualquier cosa que siempre me escuchará, hasta la más estúpida chorrada, se reirá conmigo. Eso es lo que la hace irrepetible.
El destino me ha fallado pero hoy le doy las gracias por haber hecho que la conozca. 
Laia

martes, 10 de abril de 2012

Viatges en metro


AVISO: ESTA HISTORIA ESTÁ EN CATALÁN
Mai m’han agradat els metros. L’olor de la gent carrega l’ambient, l’inevitable topada contra algú, minuts eterns de peu aguantant l’equilibri. No, el metro és un d’aquells llocs que considero asfixiants i poc còmodes. Tot i això m’entretinc mirant la gent passar. Hi ha una mare amb dos bessons de no més de cinc anys. Criden i es barallen entre ells, però la música dels meus auriculars m’impedeix escoltar la seva discussió. Al seu costat un home de mitjana edat intenta dormir,  però li és impossible. Mai he entès com la gent és capaç d’arribar a tancar els ulls en un mitjà de transport públic. Quan arribem a Urquinaona una senyora, ja entrada en anys, s’asseu al meu costat. Porta els cabells perfectament blancs, tot i que al seu rostre les arrugues encara no són el més destacable. Els seus ulls blaus em miren encuriosits. Jo em moc en el meu seient. Un altre de les coses que no m’agraden del metro és que m’observin.
La dona treu una llibreta de tapes negres i un bolígraf de color blau i es posa a escriure amb una lletra corbada i elegant. Intento desxifrar-la, però no ho aconsegueixo. Arribo a la conclusió que deu ser un altre idioma i ho deixo estar. Miro el rellotge, passen deu minuts de les onze. No tinc presa, però em poso nerviosa igualment. La senyora segueix escrivint, cada cop amb més velocitat.  La curiositat em menja per dins, vull saber que hi posa, però ara la lletra s’ha fet inintel·ligible. De sobte la dona tanca la llibreta fent-me donar un bot de l’espant. Fixa els seus ulls en els meus amb una mirada entre acusadora i divertida. Sap perfectament que l’he estat espiant, però no sembla importar-li.
Ella somriu i torna a obrir la llibreta, escriu alguna cosa, arrenca el full i me l’acosta. Jo l’agafo desconfiada i llegeixo una pregunta: “Com et dius?”. La miro un moment i li dic a mitja veu “Laura”. Ella assenteix i torna a escriure alguna cosa en la seva llibreta, després, em torna a passar el full, aquest cop amb una frase que em deixa amb els ulls oberts i sense parla “Laura, la teva vida farà un gir inesperat quan surtis d’aquí”. Quan aixeco la vista del tros de paper, la dona ha desaparegut, la busco amb la mirada i m’adono, just a temps, que acabem d’arribar al meu destí.
Baixo, encara una mica astorada per les paraules que acabo de llegir. Hi estic tant capficada, que m’estampo contra una alta figura i caic al terra sense remei. La motxilla se m’obre i els apunts de la carpeta surten volant en totes direccions. El noi amb qui he xocat es disculpa mentre m’ajuda amb els papers, no para de demanar-me perdó fins que per fi ho tenim tot recollit. Li dic que no es preocupi, que la culpa és meva per no estar atenta al que faig. No puc evitar fixar-me en el seu cabell negre despentinat, el seus ulls lleugerament verds. M’acompanya fins la sortida, i segueix al meu costat fins que arribo a la porta de la universitat. Em dona el seu número acompanyat d’un gran somriure que m’impedeix rebutjar-lo. Miro el full, els números van acompanyats d’un nom, Eric. Aixeco la vista i veig a la dona de cabells blancs del metro, em mira fixament, vull anar cap a ella, però un gran bus em barra el pas. Quan aquest ha passat, l’únic que queda de la senyora és un full amb una careta somrient dibuixada. 

El sentido de la vida

A medida que pasan los años me pregunto cual es el sentido de mi vida. A mis dieciocho es el momento de aclarar las ideas, buscar un futuro prometedor y darlo todo en tus estudios. Lamentablemente no estoy haciendo nada de eso. Mi previsión de futuro se basa en sobrevivir, y eso es lo que intento cada mañana. Levantarse, arreglarse, ir a la universidad, intentar estudiar, y mis ratos de ocio. Pero en medio de todo esto diferentes preguntas asolan mi mente: ¿Qué se supone que espera de mi la sociedad? ¿Como debo actuar delante de los acontecimientos? ¿Cual es el mejor futuro para mi? ¿He hecho bien en coger la carrera de Periodismo? En definitiva me pregunto que sentido tiene mi vida.
Porque a pesar de seguir en pie, cada vez me cuesta más encontrar escusas para seguir caminando. A veces, en la soledad de mi habitación me pregunto si el mundo necesita que yo esté viva, si el futuro me reserva algo sorprendente y emocionante. Porque ahora mismo la monotonía es la dueña de mis días, no hay sorpresas, todo está marcado. Es por eso que muchas veces pienso que si la vida es esto, no merece la pena vivir. 
No estoy motivada, me faltan las fuerzas para continuar mis proyectos, no soy capaz de ponerme a estudiar, a pesar de que es lo único que hago. Estoy desperdiciando los mejores años de mi vida en una espiral de autodestrucción de la que no sé si seré capaz de salir algún día. Ahora mismo, debería estar estudiando y estoy aquí, escribiendo mis penas en un blog, quizá lo hago para pedir, ayuda, o quizá, simplemente para desahogar mi mente de tanta presión. 

lunes, 9 de abril de 2012

Ojeras y lágrimas

Tres días sin dormir, lágrimas derramadas a media noche, odio hacía mi misma y el abismo de la oscuridad por delante. No entiendo lo que me está pasando, no creo que llegue a entenderlo nunca. Al final he vuelto a las andadas, la oscuridad reside en mi corazón y no puedo evitarlo. Siempre vuelve a mi como una sombra que me acecha esperando su oportunidad para abordarme y hundirme otra vez en la miseria.
Lo peor de todo es mantener esta estúpida sonrisa, fingir ser feliz cuando en verdad quieres morirte, meterte debajo de las sábanas y no salir nunca más. Porque en el fondo no puedo tapar las ojeras, pero si las lágrimas, puedo sonreír perfectamente y que nadie se de cuenta de que por dentro mis esquemas se han roto, de que mi vida va perdiendo el sentido poco a poco.
Vuelvo a las andadas, me miro las venas y la sangre se me amontona, hacía tiempo que no sentía esta sensación de abandono, soledad en medio de esta oscuridad, hacía demasiado tiempo que pensaba que era feliz, cuando en verdad la amargura estaba esperando el mejor momento para atacarme. Me ha pillado con las defensas bajas y he caído bajo su efecto.
No puedo ni con mi alma.

viernes, 6 de abril de 2012

Gotas de lluvia


En estos días de lluvia miro por la ventana y veo las gotas caer. Recuerdo cuando me pedías que saliéramos a pasear bajo el agua fría. A mí no me gustaba, pero a ti, te encantaba, y solo por verte feliz, yo cogía mi paraguas negro y salía a verte danzar como una niña pequeña bajo las gotas. Siempre me acababas arrastrando contigo, me mojaba toda la ropa, pero al final me lo pasaba bien, porque estábamos juntos.
Ahora, en esta tarde de Abril, me acuerdo de tus labios sabor a tormenta repentina, tu cabello castaño cayéndote por los ojos. La vida por aquellos entonces era sencilla, lo que más me preocupaba era verte feliz y ahora no sé dónde encontrar mi propio bienestar, quizá porque perdí mi luz.
Me levanto de la silla, cojo mis cigarrillos, una chaqueta y salgo bajo la lluvia. La frescura de sus gotas limpia mi alma y se lleva los recuerdos del ayer. Paseo entre los árboles y las farolas que alumbran mi camino. Paso por todas aquellas esquinas en las que te cogía del brazo y te acercaba a mí para besarte, ahora de eso solo quedan mis recuerdos que entelan mis ojos. Las lágrimas empiezan a confundirse con las gotas de lluvia.
Vuelvo a casa empapado, me dejo caer en la cama y lloro por todo lo que perdí por culpa de aquel maldito cáncer, ese veneno feroz que te recorrió el cuerpo como un barco, invadiendo todos tus órganos, desquiciándote la mente. No puedo dejar de pensar que sin eso, tú y yo seguiríamos recorriendo las calles lluviosas.
Miro por la ventana, bajo la persiana de golpe, no me gusta la lluvia porque me recuerda demasiado a ti. 
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La lluvia me inspira, hace días que pretendía escribir esto. No hay cosa que me guste más que ver llover mientras pienso en mis cosas acompañada del humo de mi cigarrillo. Me gustan los días lluviosos porque parece que el tiempo este de acuerdo con mi estado de ánimo, o simplemente por el olor de la hierba mojada, también adoro la calma que viene después de la tempestad, observar como las nubes se mueven sinuosas por las montañas. Simplemente, estos días de lluvia me inspiran, las palabras me salen solas sin pensarlo demasiado. 

domingo, 1 de abril de 2012

Un nuevo blog

¡Hola a todos!
Hoy no traigo ninguna historia ni ninguna reflexión que contaros, sino que os presento a mi nuevo blog: http://talmen.blogspot.com.es/
Supongo que os preguntareis que demonios es esto, pues bien , este blog está dedicado 100% a lo que espero sea mi opera prima, una saga de 6 libros donde explicaré la historia de Vera, una chica capaz de controlar los cuatro elementos. La saga en si se llamará Talmen, y en el blog iré dejando pequeñas fichas de personajes, espacios etc, así como algún capítulo suelto o cosas por el estilo.
La verdad es que me hace ilusión emprender este nuevo proyecto y sobre todo espero que os guste y que lo sigáis con atención.
Próximamente espero traeros el primer capítulo de una nueva historia (el título de la cual todavía no he pensado) solo os puedo avanzar que el protagonista es Kenant Laurence, un ángel negro con un extraño destino.   
Laia