Fumaba despacio, dejando que el humo ardiera en mis pulmones.
La noche hacía tiempo que había caído. Las nubes tapaban el cielo y la
oscuridad era la dueña del lugar. Pensaba en ti. Aunque eso, lo hacía a todas
horas. Me dedicaba a echarte de menos y
he de decir, que se me daba muy bien. De hecho, no hacía otra cosa en todo el
día más que eso. Puede parecer una pérdida de tiempo, pero supongo que sufrir
tu ausencia forma parte de lo que conlleva amarte.
Pero lo llevo bien, sí, en serio. Bueno, vale, ¿a quién pretendo
engañar? No tenerte cerca me consume por dentro. No es solo el simple hecho de
que no puedo abrazarte cuando me da la gana, sino, más bien es que no puedo
estar a tu lado cuando me necesitas. Eso, para mí, es casi insoportable. Porque,
aunque soy buena con las palabras, no son suficientes para calmarte.
¿Qué tal unas alas para aparecer en tu ventana cada noche?
Supongo que pido demasiado. Pero, privarme de estar entre tus brazos es
privarme de descanso, de paz, de serenidad, de felicidad al fin y al cabo. Porque
solo soy capaz de encontrar todos esos sentimientos y sensaciones cuando estoy
contigo, cuando me dejo atrapar por tu mirada, cargada de amor y adoración
hacia mí persona. Es increíble encontrarme con eso cada vez que nos vemos, es
alucinante, fantástico. Perfecto, como tú misma, con todos tus defectos y malos
ratos.
A veces, simplemente espero que sepas que mientras yo exista,
no estarás sola. A veces, quiero que entiendas que si vivo es por ti. Quiero que
comprendas que sin ti no puedo concebir la idea de un yo, que ya no somos entes
separados sino que formamos un todo. Un todo, una vida, una eternidad, y me
parece poco, ínfimo si me apuras. Porque a tu lado el tiempo corre en mi contra
y sin ti, parece una losa de piedra pegada a mi cabeza, aplastándome,
convirtiéndome en mísero polvo que solo lucha por volver a tu lado.
Solo era un alma perdida, me encontraste y ahora soy tuya. Tengo
razones para alzarme otra vez, tengo algo por lo que luchar y ese algo eres tú.
Y no sé exactamente porque lucho, al principio pensé que era por mí, luego me
di cuenta de que tu espalda estaba junto a la mia. Luchamos por nosotras,
porque por muchos monstruos que se nos echen encima, seguimos aquí, seguimos
adelante.
Cometemos errores, nos hacemos daño, nos partimos en mil
pedazos, pero sabemos algo, algo que nos mantiene a flote y es que nos amamos,
y no podemos negarlo, ni esconderlo, porque es lo que nos hace seguir con vida,
es lo que nos hace ser un “nosotras” y no un “tú y yo”. Es por lo que luchamos,
es por lo que superamos miedos y dudas, es por lo que en tus brazos me siento a
salvo, es por amor.
Nunca lo olvides, love is our resistance.
No hay comentarios:
Publicar un comentario