El sol de la mañana entraba por la ventana iluminando tenuemente la estancia. En el suelo se veían unos pantalones tejanos sucios y al lado una camiseta negra. Las sábanas de la cama estaban tiradas a los lados, tan solo se oía la respiración de dos cuerpos tirados encima del colchón. Uno de ellos abre los ojos, la luz la ha despertado. Mira a su lado y en sus labios aparece una sonrisa llena de ternura. Se acomoda para poder observar a la chica de cabellos negros que tiene a su lado. Duerme tranquilamente, su rostro en paz. Un pequeño mechón le cae en los ojos y la chica se lo aparta con cuidado para así poder seguir admirando cada pequeño detalle de sus facciones. De repente la otra chica abre los ojos, tarda un momento en acostumbrarse a la semioscuridad de la habitación pero cuando se da cuenta de quien tiene al lado sonríe.
- ¿Sabes?- Dice la chica volviendo a colocar el mechón de pelo negro en su sitio con delicadeza.- no hay nada más bonito que despertarse a tu lado.
- ¿Sabes?- Empieza la otra chica acercándose levemente a ella.- no hay nada más bonito que despertarse y ver que tus ojos me están mirando.
Ella la besa suavemente y en ese momento un portazo rompe el momento.
"Es solo un sueño" Pienso con la respiración entrecortada. "Un sueño, nada más, nunca se hará real, métetelo en la cabeza". Me quedo quieta en la oscuridad de mi habitación. "Nunca se hará real" una pequeña lágrima empieza a caer por mi mejilla "No llores niña estúpida" pero es imparable, y me quedó allí, sin decir nada, odiando a mi corazón y a mis malditos sueños.
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